¡Hola! Soy Marina y he tenido la suerte de formar parte del equipo de la Fundación Emys como voluntaria europea.
Reducir la experiencia vivida en la fundación en unas palabras se hace complicado, ya que en Emys he podido crecer como persona, aprender de los demás y convivir con un grupo de gente que en pocos meses se transformaron en una familia. Mi objetivo al apuntarme al voluntariado era poder empezar a aplicar mis conocimientos adquiridos durante la carrera de biología y poder tener mi primera experiencia profesional. ¡Y lo logré completamente!
Estuve trabajando dentro del equipo de conservación donde he realizado seguimientos de tortugas, he restaurado ambientes húmedos, he realizado informes de renaturalización, etc. Pero sobre todo he trabajado con un gran equipo que me hizo sentir parte de los proyectos desde el primer día, que me ayudaba cuando tenía dudas y me apoyaba en todo momento. Siempre estaré muy agradecida a Ona, Santi y Julia por haber compartido conmigo todos sus conocimientos y experiencias, y por haberme mostrado que el hecho de trabajar en equipo va mucho más allá del trabajo. Pero en Emys no sólo he crecido profesionalmente, también he vivido experiencias personales enriquecedoras, he conocido a gente maravillosa y he hecho amigos y amigas siendo parte de una comunidad.
En pocos meses me sentí colomense, supongo que sobre todo gracias a los castellers Guillats de la Selva, que me acogieron desde primer momento con los brazos abiertos (si alguna tarde no sabes que hacer, te recomiendo 100% participar en sus ensayos es una buena manera de conocer gente y reír). Con el resto de voluntarias (Judy, Fray y Laia) también hicimos enseguida piña, el ambiente en casa era cálido y acogedor y siempre había algo que hacer. En resumen, ¡en Santa Coloma de Farners no he tenido ni un momento para aburrirme!
¡Sólo tengo palabras de agradecimiento y volvería a repetir la experiencia mil veces más!