A caballo entre dos comarcas, el Gironès y la Selva, ocupado por campos de cultivo, prados y encinares, encontramos el volcán con el mayor cráter de la Península Ibérica: el Volcán de la Crosa. Desde el año 2020, la Fundación Emys colabora con los ayuntamientos de Vilobí de Onyar y Bescanó para implementar acciones de gestión y mejorar el estado de conservación de este espacio. Actualmente, se está acabando de redactar un Plan de gestión de uso público que permitirá planificar las futuras actuaciones para seguir mejorando y consolidando la gestión activa del espacio. A lo largo de este proceso, hemos podido conocer más a fondo el estado actual del sistema de espacios naturales protegidos catalán, ya que el Volcán de la Crosa es un caso paradigmático.
El Volcán de la Crosa se declaró Espacio de Interés Natural (EIN) dentro del PEIN en 1995. A pesar de su figura de protección, no tenía ninguna herramienta de planificación que dictara y estructurara las acciones necesarias para prevenir impactos en el medio natural o para restaurar espacios degradados. No es el único EIN en esta situación, se estima que sólo el 18% de los espacios incluidos en el PEIN disponen de un instrumento de planificación (Mallarach, 2019). Los ayuntamientos que gestionan La Crosa tienen la voluntad de gestionar de forma más activa este espacio natural y por eso, en 2021, se inició la redacción de un plan de gestión de uso público.
Este tipo de planes se basan en el conocimiento previo que se tiene del espacio natural y el análisis de su estado actual, que permiten definir cuáles son los objetivos de conservación generales para preservar la biodiversidad que encontramos. En coherencia con la estrategia general de conservación, un plan de gestión de uso público regula todo lo referente a las actividades que tienen lugar en el espacio natural. Así pues, se definen qué infraestructuras, materiales y estrategias se utilizan para:
- Ordenar la frecuentación y seguridad de las personas
- Ordenar los usos del espacio
- Atender a los visitantes
- Explicar los valores patrimoniales naturales y culturales a través de visitas guiadas, actividades educativas o cartelería interpretativa
- Organizar la participación ciudadana
Definir una estrategia que englobe todos estos aspectos es clave para conseguir realmente conservar el espacio. Esta estrategia, en el caso del Volcán de la Crosa, se está definiendo de forma participativa. Se han llevado a cabo diferentes sesiones en las que están implicados los consistorios de Vilobí de Onyar y Bescanó y los propietarios del Volcà, para detectar las presiones y las necesidades de ordenación. La mayor parte del territorio de los espacios naturales protegidos en Cataluña son propiedades privadas y, en este contexto, es necesario que la gobernanza de estos espacios se base en la participación ciudadana.
Además, por falta de un consorcio u órgano gestor del espacio natural, ha sido imprescindible el consenso entre municipios para una gestión conjunta y coordinada del espacio protegido. La carencia de un órgano gestor se da en la gran mayoría de espacios protegidos: según Mallarach (2019) en 2017 sólo existieron 9 consorcios que gestionaban el 8% de los espacios naturales.
Resumiendo, pues, este Plan de Gestión de Uso Público se ha estado tejiendo para dar respuesta a diferentes problemáticas que afronta el Volcán de la Crosa que, a su vez, se dan en muchos espacios de protegidos de Cataluña: la falta de herramientas de planificación, la ausencia de un órgano gestor y un modelo de gobernanza que no incluye a los vecinos y propietarios del territorio.